sábado, 4 de junio de 2011

ENTREVISTA AL POETA MESÍAS


Por:  Augusto Huayta Medina

Elmer Arana Mesías, “Diario de los Suburbios”, editorial Pasacalle, octubre 2010.

Aquí les dejo con la entrevista de esta nueva voz que no canta a la iglesia ni a los apus, ni a la violencia de los 80 de que creo estar seguro lo vivió en carne propia, sino al desenlace a la discordia y a la orfandad del pueblo con el hombre con la nación y con Dios.

¿Qué es para usted la poesía?

Juan Cristóbal decía que la literatura había sido en su vida un arma de doble filo: por un lado «ayuda a vivir, a develar el mundo, a embellecernos con sus imágenes y figuras (…) a trasladarnos a mundos muchas veces irrealizables. Pero también nos ayuda a saber que la vida es una mierda, un fracaso, una frustración enorme, un enorme vacío».

Yo ya sabía que la vida era una mierda. Lo había comprobado desde muy temprano. Así que la literatura me sirvió para descubrir el primer mundo del que habla Cristóbal. A darle belleza a esos momentos caóticos en los que se desenvuelve la existencia humana. Si la literatura no hubiera llegado a mi vida creo que no me interesaría mucho vivirla. En ese sentido la poesía y la literatura es para mí, antes que todo, una tabla de salvación, un espacio donde me desnudo, donde puedo ser yo mismo, imaginar mundos mágicos, sueños imposibles, como lo dice Juan Cristóbal.

¿Qué definición le da a su poesía?

Puedo definirla de humana. Antes que cualquier interés retórico está la idea de comunicar algo, un estado de las cosas.

¿Cuál es el motivo en la poesía de Elmer?

La vida misma. Trato de representar lo que no se dice, lo que nadie quiere ver, lo que se debe esconder a las visitas.

¿Cómo ve la poesía ayacuchana?
Voy a referirme a la poesía joven. Hay mucha gente decidida a hacer poesía. La poesía ayacuchana ha tenido muy buenos representantes aunque muy escasos. Sin embargo noto que no ha habido exploración de otras temáticas, de otras formas de comunicar. Los poetas de la generación precedente se quedaron en el modelo modernista. Hay una impresión de que la poesía debe llevar intrínseca la identidad ayacuchana y en esa noción se llega a hacerla hermética a otros conceptos. La idea de la identidad es muy compleja por el hecho de que nos lleva a discutir qué es lo ayacuchano y que no. ¿Hasta dónde es posible encontrar lo ayacuchano en la poesía? Una tarea antropológica.

Ayacucho ya dejó de ser una aldea cerrada a las influencias externas. Ya no es la ciudad que nos atrapa con su paisaje andino, que nos conmueve con los huaynos melancólicos, que transmite sus mejores emociones en el runasimi. También hay edificios, suburbios, pueblos jóvenes. A la gente le gusta la cumbia, la salsa, la música subterránea. Es rico el puca picante pero también lo es el ceviche.

Lo que trato de explicar es que si la poesía responde a un tiempo, los tiempos actuales exigen que haya una poesía que represente a todos. Entonces habría que reformular el concepto de identidad ayacuchana que hasta ahora se viene manejando.

Cómo dice Nicanor Parra: «Escriban como quieran / En el estilo que les parezca mejor/.../En poesía se permite todo».
¿Es necesario que poetas de provincia deban recurrir a la capital para ser reconocidos?

No debería ser así pero en la práctica eso es determinante. La mayoría de escritores reconocidos han tenido que emigrar a la capital para consolidarse un nombre. Lima sigue siendo un foco cultural que determina quiénes tramontan su tiempo y quiénes mueren para siempre.

Sucede que la crítica, los premios literarios, las buenas editoriales están concentrada en Lima. Al interior del país no se dan las condiciones para que emerjan escritores que rompan esa situación.

Tendría que generarse, por ejemplo, un premio literario al interior del país, que atraiga a los mejores escritores. Un premio que descubra a nuevos valores y que obligue a la crítica a voltear la vista al otro Perú.

Los escritores, los grupos literarios han surgido por que existe un cuerpo de críticos que los respalda. En el Perú, la crítica es muy escasa y a veces poco seria. A parte de la San Marcos, de la Villarreal y La PUCP (en Lima) y la UNSA (en Arequipa) no hay más universidades que formen en crítica literaria, salvo error mío.

¿Qué opina de los poetas que a diario se inaugura uno?

Mientras más poetas se inauguren mejor.

¿Qué autores ayacuchanos nos recomienda leer?

En poesía, Baltazar Azpur, Víctor Tenorio, Cayo Santos Huamán, Pedro Olórtegui, Héctor García-Blasquez. En narrativa, Sócrates Zuzunaga, Hildebrando y Julián Pérez.

¿Desde Ayacucho cómo ve la literatura peruana?

Desde Ayacucho se ve la literatura peruana, o por lo menos yo la veo, con mucho distanciamiento por una razón en especial: Es muy difícil acceder a los libros actuales que aparecen en el mercado. A lo sumo se logra conseguir de los escritores ya consagrados o de los más marketeados: Reynoso, Bryce, Roncagliolo, Cueto, etc. Rara vez llegan libros de Miguel Gutiérrez, Gregorio Martínez. Y de la poesía ni qué decir.

Las ideas generales que tengo son basadas a partir de extractos literarios que circulan en el internet o de los libros que de vez en cuando me agencio cuando voy a Lima a darme un paseo por Amazonas, Quilca o alguna librería del Jr. Camaná.

2 comentarios:

Albert Estrella dijo...

yo también concuerdo contigo en que no necesariamente debemos camntarle alos clichés de nuestros pueblos o en todo caso si se hace hacerlo dandole una vuelta de tuerca yo creo que nuestra única patria parafraseando al escritor argentino Rodrigo Fresán :"la patria de un escritor es su bibioteca" saludos desde Cerro de Pasco

Elmer Arana dijo...

Gracias por tus comentarios Albert. Espero que llegues por esta tierra para compartir momentos literarios. En Ayacucho tienes un amigo.